Hace unos días recibimos la noticia de que nuestra empresa había sido nombrada como finalista en los Premios Magallanes-Elcano de LABME Innovación Social en la categoría de Educación y Aprendizaje. Esta nominación llegó gracias al trabajo que llevamos desarrollando desde hace años en proyectos contra el absentismo escolar en institutos, una labor que nos ha permitido impactar directamente en la vida de muchos jóvenes y sus familias.
La intervención social temprana es clave. Antes de que un caso de absentismo se agrave y se convierta en una problemática mucho más compleja, hay un sinfín de iniciativas que pueden llevarse a cabo. Desde la colaboración directa con los centros educativos y servicios sociales, hasta el acompañamiento personalizado a las familias, estas acciones no solo devuelven a los menores al aula, sino que reactivan su confianza en el sistema educativo y en sí mismos. Cada pequeño paso cuenta para lograr un impacto en estas familias.
Los centros educativos son un lugar privilegiado para la intervención social. A nuestros proyectos contra el absentismo se suman actividades de prevención y sensibilización a través de charlas y talleres, donde trabajamos directamente con el alumnado. Desde la igualdad de género hasta las relaciones saludables y la gestión emocional, estas iniciativas son fundamentales para prevenir conflictos antes de que surjan y para dotar a los menores de herramientas que les acompañarán toda la vida.
Por compromisos laborales no pudimos asistir a la gala y, aunque finalmente no ganamos el premio, ha sido un auténtico honor llegar hasta aquí. Este reconocimiento nos motiva aún más a seguir trabajando por una innovación social que genere cambios reales en la vida de las personas. Nuestro agradecimiento al jurado, a la organización de los premios y a todos los que impulsan iniciativas como esta, que ponen en valor la importancia de la innovación social.